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Hojas de sombra
Foto del escritorIrene Gutiérrez Coranti

Deseo sexual inhibido. ¿Qué ocurre cuando hay falta de deseo?


deseo sexual inhibido

El papel de la Sexualidad en nuestra vida


La sexualidad es una parte fundamental del ser humano, por ello y aunque a cada individuo le afecta de manera diferente, un problema sexual acostumbra a menoscabar la autoestima, autovaloración e incluso la identidad de una persona. Ya que, dentro de todas las áreas que existen y parcelas de nuestra vida, la sexualidad ocupa una gran parte de ella. Teniendo en cuenta el placer, el deseo, entre otros factores que influyen en nuestra vida sexual.   


Uno de los principales objetivos de la Terapia Sexual es perseguir el bienestar de las personas respecto a su sexualidad, en los que, se tratan y se encuentran distintas problemáticas en relación a su propia sexualidad y, entre otros, a su propio placer o deseo. Factores en los que hemos comentado que son importantes en esta área de nuestra vida y que abarcan parte de nuestra sexualidad. 


En este artículo hablaremos sobre ello ya que, puede convertirse en un problema que causa angustia y permanentes problemas en la pareja y, sobre todo, pueden afectar de manera individual.


Hay momentos en que los deseos de practicar relaciones sexuales son escasos o nulos. Pero hay casos en que esa “deficiencia o ausencia de pensamientos o fantasías eróticas y de deseo para la actividad sexual” se transforma en persistente o recurrente. Es entonces cuando se habla de inhibición de la actividad sexual o -en términos más específicos- de trastorno de deseo sexual hipoactivo (TDSH) o deseo sexual inhibido.


Por tanto, una de estas problemáticas más comunes en las que se interviene desde la Terapia Sexual es la falta de deseo, actualmente conceptualizada y conocida como deseo sexual inhibido. Siendo una de las principales causas en las que se altera uno de los procesos del ciclo de respuesta sexual. 


¿Qué es exactamente el deseo?


Para ponernos en contexto, es importante definir primeramente qué es el deseo. El deseo sexual debe ser entendido como una emoción. Es el propio deseo de actividad sexual. Es decir, más allá de todo aquello físico y corporal, estamos hablando de un estado mental de atención a estímulos eróticos y del nivel de motivación para responder ante ellos.

Podríamos hablar, principalmente, de dos tipos de deseo:


Por un lado, el deseo sexual espontaneo; aquel que mueve a la persona a buscar una experiencia sexual. Y, por otro, el deseo sexual reactivo. Es decir, aquel deseo que se despierta de manera natural ante la presencia de otra persona atractiva o existencia de una situación determinada, independientemente de no haber un interés especial en ese momento por la sexualidad. Este deseo sexual reactivo, también puede aparecer al producirse como respuesta a diversos estímulos sensoriales y corporales por parte de otra persona, como puede ser la pareja.

“Todas las circunstancias que modifiquen los estímulos físicos y psíquicos pueden afectar el deseo sexual.”

¿En qué consiste el deseo sexual inhibido?


El deseo sexual hipoactivo, también recibe los nombres de deseo sexual inhibido, bajo deseo sexual, apatía sexual, falta de deseo sexual o falta de interés por el sexo.


Cuando hablamos de falta de deseo sexual o deseo sexual inhibido, nos referimos a toda aquella disminución o ausencia de deseo de actividad sexual de manera persistente o recurrente, tanto en forma de pensamientos, como en fantasías sexuales como el propio deseo per se, teniendo en cuenta todos aquellos factores que influyen en el contexto vital del sujeto que pueden afectar al funcionamiento sexual y, por ende, a su respuesta de deseo.

Es importante, tener en cuenta que, para que se pueda determinar un trastorno de deseo sexual inhibido en diagnóstico como tal, debe haber un malestar significativo que perjudique o dificulte las relaciones interpersonales de quien padece este tipo de malestar en su deseo sexual.


Cada persona tiene un nivel de deseo sexual personal, individual y subjetivo. Por tanto, debemos tener muy presente que, hablamos de trastorno cuando genera un malestar significativo al sujeto. Como anteriormente hemos comentado, el deseo sexual y las manifestaciones de este, pueden tener etapas y ciclos en los que se activa más o menos, en función del proceso vital que estemos viviendo y las circunstancias de este. 


Debemos tener en cuenta la multicausalidad como uno de los factores que mejor explica los problemas sexuales, ya que, en la mayoría de casos encontraremos interacción entre causas psicológicas, orgánicas y psicosociales. Así que, será importante, a la hora de tener en cuenta cómo intervenir en estos casos, debemos primeramente poder descartar causas orgánicas para la inhibición del deseo sexual.

“Para que comience la fase de excitación en una persona es necesario que haya “ algo” más que una determinada estimulación: es necesario que la persona tenga cierto interés, que exista lo que se denomina deseo sexual o interés sexual”.

¿Cuáles son las causas más frecuentes ante el deseo sexual inhibido?


Hay muchísimos factores que pueden influir en las causas sobre el bajo deseo sexual. Nos centraremos en las causas principales que más se encuentran en Terapia Sexual, dentro de los factores psicosociales.


Muchas personas, son conscientes de este malestar cuando empiezan a tener una relación o un tipo de vínculo con otra persona. Y es aquí, cuando nos encontramos con distintas causas que pueden estar afectando a la respuesta sexual, como por ejemplo:

  • Carencia de intimidad emocional.

  • Problemas de comunicación sexual.

  • Carencia de afecto no sexual.

  • Conflictos constantes e intensos.

  • Falta de tiempo de calidad en pareja.


Otra de las causas, puede ser a causa de haber sufrido experiencias sexuales traumáticas tales como:


  • Abusos Sexuales

  • Violaciones

  • Relaciones sexuales muy dolorosas

¿Qué hacer en un caso de deseo sexual inhibido?


La intervención para el deseo sexual inhibido puede orientarse desde un enfoque individual, además de poder trabajarlo conjuntamente en pareja teniendo en cuenta las individualidades y los factores de cada caso que pueden estar inhibiendo el deseo sexual, ya que,  pueden existir diversas causas.


Uno de los principales pasos a la hora de realizar una intervención para estos casos, es importante tener en cuenta que el tratamiento debe dirigirse inicialmente a reducir los motivos que previamente se han señalado como inhibidores del deseo en la persona.

 

Eliminación de las barreras

Inicialmente, nos centraremos en detectar todo aquello que está bloqueando el deseo para poder entender dónde está el origen que está causando ese bajo deseo sexual. Para ello, es importante que cada persona, de manera individual tenga en cuenta qué es para ella el deseo, qué factores influyen, qué mitos y creencias envuelven este concepto y valorar cada aspecto importante de una manera subjetiva e individual. Por ello, será importante tener en cuenta qué está obstaculizando la activación del deseo y tener en cuenta el concepto del deseo para cada individuo. 

 

Autoconocimiento

El autoconocimiento, como en la mayoría de procesos terapéuticos, es uno de los factores más importantes a trabajar, ya que, será esencial que la persona pueda conocerse a nivel corporal, sexual y psicológicamente para empezar a conectar con sus emociones, sensaciones físicas y corporales y con todo su ser como mente, cuerpo y emoción.


Una de las maneras para fomentar este autoconocimiento a nivel corporal se realiza a través de la focalización sensorial, ya sea de manera individual como en pareja. Una técnica y herramienta muy utilizada en la que el objetivo principal es ir exponiendo a la persona de manera gradual a distintas situaciones sexuales y sensuales para ir descubriendo, desde el autoconocimiento, todo aquello que produce placer a la persona y así, conocer su cuerpo y sus sensaciones corporales y físicas. 

 

Educación sobre la sexualidad para eliminar mitos y falsas creencias.

Es importante, también, desmitificar mitos sobre el deseo y trabajar todas aquellas creencias que la persona tiene arraigadas en relación al sexo, deseo, placer y todo aquello que abarca su propia sexualidad para poder reestructurar y romper con todos aquellos mitos que puedan existir respecto al deseo sexual.


Uno de estos mitos y/o creencias más comunes consiste en  pensar que las relaciones tienen que “surgir” o que deben generarse de manera espontánea.


Lo cierto es que, esta creencia no se aplica a otras áreas de nuestra vida, ya que, no siempre dormimos porque hay sueño o comemos únicamente cuando tenemos hambre.  Por tanto, suele ocurrir que «nunca encontramos el momento perfecto». Tener momentos concretos para las relaciones sexuales puede ser excitante, ya que generamos cierta expectación.

Otro de los grandes mitos y falsas creencias que envuelven a la sexualidad de las personas es el coitocentrismo y la importancia que se le ha dado siempre a la penetración en las relaciones sexuales. Una relación sexual es muy amplia y son muchos los estímulos que la conforman y enriquecen.


Deja fluir tu imaginación y no centres como único objetivo la penetración, ya que, puedes estar perdiéndote un sinfín de sensaciones corporales mucho más placenteras y enriquecedoras.


Trabajar las fantasías sexuales

¿Alguna vez te has parado a pensar qué te excita? ¿Qué te atrae? Las fantasías sexuales son un factor importante para trabajar, ya que, es importante que puedas conocer tu mundo interno a nivel sexual y conocer qué es aquello que te excita, qué es aquello que te produce deseo y aumentar el campo y recursos para que se pueda experimentar con la imaginación y el cuerpo, a través de ir descubriendo cuáles son las fantasías sexuales, que puedan ayudar a estimular el deseo.


Acudir a un profesional

La sexualidad, el placer y las relaciones son parte de nuestra vida.  Si sientes un malestar significativo en alguna de las áreas que puedan estar afectando a tu sexualidad  puedas darte un espacio, en el que poder realizar un proceso terapéutico para conocer toda tu psique sexual.


No dudes en ningún caso en acudir a un/a profesional que pueda orientarte en mayor profundidad  si sientes que quieres trabajar tus etiquetas, ya que es una parte fundamental en tu vida y puede que te esté causando malestar en tu día a día. El profesional podrá trabajar contigo aquellos aspectos  que requieren de conocimientos y técnicas profesionales para trabajar de la mano contigo y aprender técnicas y herramientas para saber cómo trabajar y aprender a gestionar las etiquetas que están marcando tu vida.


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