"El conocimiento no sólo descansa sobre la verdad sino también sobre el error"
¿Cuántas veces habéis sentido que nadie os comprende? Alguna vez os habéis preguntado ¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho yo?
Muchas veces hemos tenido la sensación que nuestros amigos, familia, pareja o nuestro entorno nos ha fallado, no ha hecho aquello que esperábamos o no han dicho lo que queríamos escuchar o incluso necesitábamos oír y es aquí donde aparece la frustración, sentimos que el mundo no nos comprende y esto nos puede llegar a generar incluso rabia, sentimos que la vida es injusta, hablamos de decepción.
La decepción se define como “pesar causado por un desengaño” pero ¿este desengaño es real? Es decir, cuando esperamos algo de la otra persona, una llamada, un consejo, un abrazo…estamos creando una expectativa (esperamos/queremos que). Tenemos la tendencia a esperar que el otro actúe, piense o hable de una determinada manera (normalmente similar a la nuestra). Creamos una idea de lo que debe ser la realidad y si esta expectativa no se cumple con ella, aparece la frustración y la decepción.
Estos factores nos generan sentimientos de insatisfacción, ya que, cuando las personas no hacen aquello que nosotros haríamos o esperamos que hagan, sentimos que nos están fallando, defraudado y nos conlleva a la necesidad de controlar y culpar las actuaciones de los demás y se puede acabar cayendo en un bucle de frustración continua que nos nos lleva hacia ningún lado.
Entonces ¿ahora qué? Tenemos la tendencia de culpar al otro cuando esto sucede, nos cabreamos y hasta incluso podemos llegar a romper vínculos o alejarnos para no volver a sentir ese dolor que nos causa la decepción. ¿Es la solución? Yo creo que no. En vez de juzgar o culpar al otro, debemos sopesar, como comentaba, la expectativa vs la realidad. Debemos analizar la situación y ponernos en el lugar de la otra persona, en separar aquello que haríamos-diríamos-actuaríamos nosotros del otro. –Cada persona es un mundo– y no todos tenemos las mismas herramientas ni la misma manera de ver la vida.
Una vez hemos asimilado que no todo el mundo actúa como haríamos nosotros, os invito a reflexionar desde este nuevo punto de vista, desde la realidad, desde la posición de no juzgar. Piensa en la última vez que te han decepcionado ¿Por qué fue? ¿Cómo lo gestionaste? ¿Lo has superado? ¿Por qué sí- Por qué no?
A veces, tan sólo es cuestión de romper expectativas y creencias que tenemos muy arraigadas en nosotros mismos y lo plasmamos en los demás. Es cuestión de mirar las situaciones desde otra perspectiva, des del punto de vista del otro y reflexionar ¿Me ha decepcionado realmente? o ¿no ha hecho lo que yo esperaba?
¡Espero con ilusión vuestras opiniones y saber qué pensáis! ¿Te has sentido identificado? ¿De qué manera gestionas la decepción?
Cuando el YO no empatiza con el TÚ ocurre lo que ocurre. Creo que este problema va a ir en aumento. Poca poco las nuevas generaciones van a ser más egoístas o menos empaticas que las anteriores generaciones y que por desgracia ya no se interpretara las emociones correctamente.
Realmente muy interesante Irenita!
Totalmente de acuerdo,
Cómo bien comentas, esperamos de otras personas lo que justamente nosotros queremos, bien es cierto que hay tanta variedad de pensamientos como personas.
Personalmente creo que hay que empatizar y respetar la opinión, aunque a veces no resulta fácil, buscar el positivismo en vez de la negatividad, intentar debatir, buscar el término medio y evitar los extremos.
Saludos,
😘😘😘
super cierto todo !! aveces hay que pararse mas a comprender a nuestro alrededor que no hacer lo primero que pensamos pero todos somos personas y nos duelen las cosas. Las frustraciones que sentimos son como puñaladas y tenemos que aprender a llevarlas y a superarlas con el día a día♡♡me encanta leerte me haces reflexionar y eso es muy bueno♡♡gracias coqui☆
Nunca mejor dicho. 😘